Como parte de los
proyectos: ¨Agua para las familias del café¨; Seguridad y Soberanía Alimentaria y Nutricional que
ejecuta la Asociación de Desarrollo Social de Nicaragua (ASDENIC), se llevo a
cabo un monitoreo para conocer las situación en la que viven las familias de algunas
comunidades rurales del norte de nuestro país.
Para esto se
realizaron encuestas que tenían una duración aproximada entre 40 min y 1 hora,
también era necesario tomar los datos antropométricos (peso, talla, cintura,
brazo) de algunos miembros de la familia.
El equipo que estuvo realizando estas encuestas estaba conformado por miembros
de CII-ASDENIC y estudiantes de Ingeniera Civil de la Universidad Nacional de Ingeniería,
que han realizado levantamientos topográficos en estas comunidades.
El estudio comprendía
las siguientes comunidades: Chagüitón-Pueblo Nuevo, Venecia- Condega, San
Jerónimo, Darailí, Los Llanos, El Sontule-Miraflor, Buena Vista y El Eden. Esta
fue una gran experiencia en la que pudimos convivir en las comunidades, conocer
las principales problemáticas que afectan a
la población; además que disfrutamos estando en contacto con la
naturaleza, olvidándonos un poco del estrés de la ciudad, disfrutando de
hermosos paisajes.
En el transcurso nos
fuimos conociendo mejor, adquirimos nuevos conocimientos y sin duda todos nos
llevamos algunos recuerdos, ya sea buenos o malos, algunos tal vez podemos
haber cambiado nuestra percepción del mundo en el que vivimos, aprendido a
valorar más las cosas que tenemos, a disfrutar más los momentos que estamos en
familia, salimos de esa burbuja en la que muchas veces estamos sin percibir lo
que los demás viven.
Cada día nos
levantábamos muy temprano y nos preparábamos para la jornada laboral, con
nuestras botas de hule y capotes para protegernos de la lluvia y del lodo, en
ocasiones tuvimos que quedarnos a dormir en las comunidades tal fue el caso de
Venecia, San Jerónimo, Darailí, Buena Vista. En ocasiones dejando a un lado las
comodidades (sin televisión, bañarse era una tortura para algunos), Si tenías
suerte tal vez no te tocaría caminar tanto, pero era poco probable. Al final
del día llegábamos, pero con la satisfacción de haber cumplido con nuestro
trabajo y al culminar una comunidad aun más.
Al regresar muchas
veces mirábamos diferente nuestra ciudad nos parecía mucho el tiempo que
habíamos estado fuera. Por otro lado cada comunidad tenía algo diferente que la
hace especial, ya sea su gente, el clima que en algunas era más fresco que en
otras, los paisajes, la accesibilidad (en algunos lugares más difícil que en
otros), las condiciones económicas.
Bueno está fue
nuestra experiencia espero les haya parecido
interesante y si son de esas personas acostumbradas a vivir encerradas
en su mundo, presos de la rutina, les recomiendo que cuando tengan la
oportunidad se den una escapadita al campo verán que les va a gustar.
Katherine Sofía Martínez Montenegro
Factoría del Conocimiento
muy buena publicación Katherine, y tiene razón, para valorar más la vida debemos de conocer más de la realidad de nuestra sociedad y conocer también que riquezas naturales hay en el norte de nuestro país
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